La Navidad es una época maravillosa para la mayoría de los niños y a muchos les encanta especialmente el período de vacaciones que se extiende desde los días previos a la Nochebuena hasta enero del año siguiente. Pero, ¿qué hacer cuando las vacaciones empiezan a volverse un poco aburridas? ¡Tenemos los consejos!
1. Organiza un spa casero
¡Los niños también necesitan que los mimen y a la mayoría les encanta esta acogedora actividad! Ofrece masajes en la espalda, la cabeza, las manos, las piernas o donde el niño se sienta cómodo. Utiliza un aceite respetuoso con la piel para un mejor deslizamiento. Recuerda masajear con suavidad al principio, ya que puede resultar extraño. Prepara un baño de pies y añade un poco de aceite para suavizar los pies o llena una bañera con agua caliente y espuma de baño, dejando que el niño se relaje completamente.Sirve algo rico y refrescante para beber como zumo ecológico recién exprimido o agua.
2. Ve a explorar
Preparad una merienda ecológica deliciosa, llenad el termo con chocolate caliente casero y salid a explorar el bosque entre duendes y trolls. Poneos ropa abrigada, llevad algo para sentaros y ¡cread hermosos recuerdos de infancia!
3. ¡Deja que los niños vayan a buscar un tesoro!
Dibuja un sencillo mapa del tesoro del jardín de casa o del bosque. Prepara pequeñas notas con acertijos, problemas matemáticos o preguntas divertidas. Esconde las notas y marca en el mapa dónde se encuentra cada una. Cuando los niños hayan encontrado todas las notas y resuelto los problemas, ¡reciben una última pista tuya donde se describe dónde está el tesoro! El tesoro puede ser un objeto, algo para comer o una experiencia como una entrada para la piscina, una entrada para bolos o cualquier otra cosa divertida que sepas que a tu hijo le gusta hacer.
4. Organiza una fiesta de disfraces
Dibuja y crea divertidas invitaciones para los amigos, los niños vecinos o los primos e invítalos a una fiesta de disfraces que incluya pintura facial. Deja que los niños vengan disfrazados como quieran y hazles sencillos maquillajes en las mejillas o en la frente. Infla un montón de globos y juega al baile de las estatuas mientras los niños quieran y tengan energía.
5. Construye una cabaña y lee un libro
Construir una cabaña es divertido tanto para niños pequeños como para los mayores, y todos pueden hacerlo. Usa una mesa u otros muebles y cuelga una manta por encima. Hazlo acogedor con algo suave para tumbarse, algunas almohadas y una lámpara. ¡Y voilà! Tendréis el rincón más acogedor del mundo donde poder tumbarse y disfrutar de un libro junto a un padre o un amigo. Leer en voz alta a tu hijo es muy importante y beneficioso para el desarrollo de su lenguaje.
6. Hornea algo rico juntos
Ponte el delantal, saca cuencos y cucharas y busca esa receta favorita para la que normalmente no tienes tiempo. Durante las vacaciones navideñas encontraréis el momento para ese agradable horneado que los niños recordarán toda la vida. ¿Sin ideas? No te preocupes, aquí te ofrecemos nuestro banco de recetas con hasta 126 recetas para muchas ocasiones diferentes.
7. Juega al cine
En esos días lluviosos o cuando hace demasiado frío afuera, ¡puede ser perfecto organizar una sesión de cine! Deja que los niños dibujen entradas para repartir a todos los asistentes. Llena el sofá con muchos cojines, mantas y otros elementos acogedores. Busca un clásico antiguo en la televisión que creas que le gustará a toda la familia y prepara algunos aperitivos como estas deliciosas palomitas con sabor a queso, una tarta de caramelo súper rica, dulces navideños o una bandeja de frutas ecológicas deliciosas. Apaga las luces de la habitación y ¡disfruta de la película y la compañía!
8. ¡Organiza una noche de juegos con toda la familia!
Invita a la abuela, a la tía, a los primos y al resto de la familia a una divertida noche de juegos. Deja que los niños elijan los juegos que más les gusten y echad a suertes con un dado para decidir con cuál empezar. El niño que saque el número más alto gana y comenzaréis con ese juego.
Jugad durante tanto tiempo como aguantéis y recordad: Ser un buen perdedor es importante. Ser un buen ganador lo es aún más 😉